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jueves, 20 de octubre de 2011

ISLAS CORONADO ( Rescate )

Articulo Publicado en el Diario Excélsior OSADO RESCATE DE ISLA CORONADO Isla Coronado fue rescatada por el Arrebato Nacionalista de un Puñado de Osados Marinos... Nostálgico, frente a las ruinas de lo que fue el famoso casino-hotel Golden Castle, en donde Al Capone, el celebre gangster de Chicago, reunía a los miembros del “jet-set” de los años veinte, el teniente coronel retirado Ismael Llamas, relato a este enviado los pormenores de una extraña expedición que bajo sus ordenes y surgida de un espíritu de nacionalismo, osadía y aventura, permitió a México recuperar esta, la única de las islas del Archipiélago del Norte. Coronado, con una extensión de unos cuarenta kilómetros cuadrados, es ahora un páramo, en donde solo quedan restos de lo que fue el casino de Al Capone, por el que desfilaron luminarias de Hollywood como Mae West, Tyrone Power y Clark Gable, y sobresalen del agua algunos maderos del muelle en donde atracaban los yates de personajes tan poderosos como William Randolph Hearst, Rockerfeller, Rotschild o Singer. Esta bajo la custodia de un pelotón de infantes de Marina y habilitado por guardafaros y una docena de familias de pescadores. “Mire –dice el teniente coronel Llamas- lo único que necesita México para recuperar las otras ocho islas son...tamaños. Porque ellos, los gringos, saben que no tienen ningún derecho legal sobre las islas. Y prueba de esto es aquella expedición que una noche
emprendimos y que, a fin de cuentas permitió que México recuperara la Isla de Coronado”. Centro de recreo internacional El “Golden Castle” era un centro de recreo de prestigio internacional, se hallaba en una pequeña caleta, aislada por acantilados, una fortaleza casi inexpugnable que Al Capone había mandado construir para reunir allí a los personajes de la época, que cuando en Estados Unidos la prohibición alcohólica había empujado al clandestinaje a los centros de diversión. La construcción semiderruida, que actualmente sirve como escuela para los hijos de los Infantes de Marina que resguardan las islas, todavía conserva rastros del esplendor de aquellas épocas, cuando allí eran famosas las fiestas en las que participaban Josephine Baker, Fred Astaire, Lena Horn o Al J Era un joven medico militar recién egresado de la academia “con todo el valor dentro del pecho y la vida por delante”. Para celebrar la llegada de la guarnición, el club de leones ofreció una fiesta en su casino de Ensenada. Allí la charla comenzó a tejerse en torno de los abusos de Estados Unidos en territorio mexicano. Y en el largo rosario de sucedidos que los lugareños narraron a los jóvenes militares salió a colación el tema de las islas arrebatadas a territorio mexicano. El mayor Llamas se mostró incrédulo. Pidió pruebas. “Todo cuanto le hemos dicho es cierto –le dijeron sus anfitriones bajacalifornianos-. Podemos probarlo”. Al día siguiente, Llamas se procuró copias de los Tratados de Guadalupe–Hidalgo y la Mesilla, investigo la situación de las islas, fue a verlas y obtuvo pruebas de que no había nada que pudiera justificar la presencia de estadounidenses en esas islas, al parecer era territorio mexicano ignorado. “Pero ¿cómo puede ser posible esto? ¿Estas seguro de lo que dices?”, le preguntaron. Lo comentó con sus compañeros oficiales.ohnson y otros. Años después fue adicionado con instalaciones para club de yates, de pesca y centro de veraneo. En 1947, el teniente coronel Llamas, que a la sazón tenia el grado de mayor, fue destacado al frente de la guarnición militar del cuartel de “El Ciprés”, en Ensenada, Baja California. Llamas les hizo una detallada exposición de lo que había encontrado durante su investigación y les propuso “Vamos a ocupar la isla de Coronado que es la más cercana. Esta aquí nomás, frente a Rosario. Si no hay problemas, ponemos guarniciones en las otras ocho...” Algún oficial dudó. “Mejor vamos a consultarlo a México. No sea que nos metamos en un lió...” Pero todos los demás se habían contagiado del espíritu nacionalista de Llamas, y respondieron: “Vamos a recuperar las islas”. El mayor expuso otro argumento adicional: “Además, la obligación del Ejercito, en lo fundamental, es proteger el territorio y la soberanía nacional, ¿no? Pues vamos a cumplir con lo que la patria nos señala como sagrada obligación”. Cuando termino su arenga, los soldados y oficiales le manifestaron su entusiasmo con una ovación. Salen a ocupar la isla Sin preámbulos, se dirigieron a la base de la Marina para pedir una embarcación. Y una madrugada, “De cielo limpio y luna llena” –según recuerda el mayor–, salieron con destino a la isla de Coronado. Llegaron al amanecer. La tropa desembarco y, según la estrategia militar trazada de antemano, tomo de inmediato posiciones en el Casino, en el Hotel y en el muelle. Llamas espero hasta el ultimo momento antes de salir. Ante el movimiento de militares, que tomo por sorpresa, lo mismo a los desvelados turistas, que al personal del casino, salió el gerente para averiguar lo que pasaba. Venimos –dijo el mayor– en nombre del Gobierno de México a tomar posesión de esta isla, que es parte del territorio nacional...”,expreso con voz firme. El gerente estadounidense, quedo pálido y estupefacto. –Bueno...pero es que....mi compañía... – musitó. Avise usted a su compañía y a sus jefes. Dígales que si tienen pruebas que acrediten la propiedad de la isla, o títulos oficiales que les permitan ocuparlas, que los muestren al Gobierno de México, a través del gobierno estadounidense. Mientras tanto, la tropa quedará en resguardo de la isla”, repuso el mayor. Luego se retiró con dos oficiales, no sin antes dejar allí apostados a los elementos de su pelotón. Paso una semana. Luego un mes. Finalmente llego uno de los soldados para avisarle que “los gringos ya están sacando sus cosas de la isla...” –“Sigan allí hasta que no reciban nuevas instrucciones”. Semanas mas tarde estallo la bomba. Llegó el secretario de la Defensa, acompañado por el Procurador. “¿Pero que han hecho ustedes? –le preguntaron indignados–. Esto va a provocar un problema de proporciones internacionales. Preséntese inmediatamente a declarar”. –Señores– les respondió el mayor– solamente cumplimos la obligación y el honor de soldados de resguardar el territorio nacional. –Bueno. Esta bien. Pero debieron haber consultado. Ahora esperemos que la cosa no llegue a mayores. Y regresaron a México. Así paso el tiempo. Seis meses. Un año. El mayor casi se había olvidado del asunto cuando un día se fue de pesca a Coronado. Allí se encontró a sus soldados, convertidos casi en ermitaños. –Por favor– le dijeron– haga usted algo para que nos saquen de aquí. Mire, cada mes desde que tomamos la isla viene solo un barco de la armada para traernos agua y alimentos y pagarnos los haberes. Nos sostenemos con la pesca y la caza de cabras... Así se consumó la recuperación y se inicio el nuevo abandono de la Isla Coronado. Por Victor Payán
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sábado, 27 de agosto de 2011

DIBUJOS DEL PADRE TIRSCH SOBRE BAJA CALIFORNIA

Los dibujos del padre Tirsch sobre Baja California
Durante los trescientos largos años que fue el periodo colonial en México la visita de extranjeros, de aquellos venidos de otros lugares que no fueran la Vieja España no eran posibles, pues se pensaba que aquellos que no fueran súbitos de la Corona Española vendrían a la Nueva España para dar cuenta de sus riquezas, pasar la información a sus gobernadores y luego ser víctimas de una invasión, sin embargo al adentrarnos en la historia de la evangelización, consecuentemente del poblamiento de la California notamos la presencia, a lo largo del siglo XVIII, de la presencia de personajes, la mayoría de ellos de la orden Jesuita, venidos de lo que ahora se denomina la Europa del Este: Croacia, República Checa, Eslovaquia... el dibujo que vemos fue hecho en la Baja California, quizá en Santiago, por el padre Ignaz Tirsch, entre 1762-1767. Uno de los dibujos más antiguos que retratan la vida cotidiana en San José del Cabo lo tenemos gracias a la habilidad del padre Tirsh, es el que estamos viendo ahora. " Ignacio Tirsch nació en la ciudad de Comotau, en Bohemia, en 1733. En 1754, o sea a los veintiún años de edad, ingresó en la Compañía de Jesús. Algún tiempo después, trasladándose a Cádiz, se embarcó allí con rumbo a Veracruz para concluir sus estudios en la Nueva España, a donde había sido destinado por sus superiores como futuro misionero en las apartadas regiones del noroeste mexicano. Tirsch que pronto comenzó a ser conocido con la versión castellana de su nombre como "el padre Ignacio", pasó algunos años en el Colegio Máximo de los Jesuitas. Allí y también más tarde en el Colegio del Espíritu Santo, en Puebla, dio remate a sus estudios y se familiarizó a la vez con la vida y costumbres novohispanas". (1) Lo que ahora vemos es el dibujo del padre Tirsch en donde retrata la vida cotidiana de Santiago de los Coras, población en el actual municipio de Los Cabos. "A mediados del verano de 1761 el padre Ignacio, en compañía de otro jesuita, oriundo también de Bohemia, que llegaría a ser célebre explorador del norte de la Baja California, Wenceslao Linck, emprendió la marcha hacia Sinaloa y Sonora, donde pudo visitar varias de las misiones establecidas por sus hermanos de orden religiosa. Algo más tarde, en 1762, después de una breve travesía, llegó al puerto y presidio de Loreto, capital entonces de California. Al parecer su destino permanente en la península, durante los cinco años de su estancia en ella, fue la Misión de Santiago en la región meridional. Como lo notó él mismo en el texto que puso a una de sus pinturas, allí laboró entre los nativos e incluso edificó una nueva iglesia, ya que la más antigua había sido destruida durante la gran rebelión indígena entre los años de 1734 y 1738". (2) Sobre esa rebelión indígena habíamos visto, hace poco, como fue que se dieron las ejecuciones de los padres Carranco y Tamaral, lo que hoy nos ocupa, la vida y, sobre todo el legado del padre Tirsch es en verdad sorprendente pues no fue hasta que en 1970, al imprimirse un calendario en donde aparecían algunas de las pinturas hechas en Baja California, se supo de la existencia de las mismas, se encontraban depositadas en la Biblioteca Estatal de Praga, un total de 47 trabajos, cuarenta de ellos en un formato de 49.5 x 32.5 cms, las otras siete de 34.5 x 20.5 . De ese total de 47, 39 son sobre la vida cotidiana en California, especialmente la flora y la fauna, y solo 8 reflejan escenas de la vida diaria en la ciudad de México. En la actualidad no hay un solo trabajo que nos hable de la historia antigua de las Californias, que no incluya la obra del padre Tirsch, el cual fue, por cierto, quién recibió en las Californias la de la expulsión de su orden de los territorios de Ultramar de la Corona Española. Esta que se denominó La Pragmática Sanción de 1767 decretada por Carlos III se dio a conocer en Madrid el 2 de abril de ese año, 1767; en la ciudad de México, se notificó en el Templo de la Profesa el 25 de junio; y fue el recién nombrado Gobernador de las Californias, Gaspar de Portolá y Rovira (1716-1786) quién trajo la noticia, desembarcando en San José del Cabo el 30 de noviembre de 1767. Para el 4 de febrero del siguiente año, los 14 jesuitas asentados en California parten rumbo a Veracruz para de allí continuar a Génova, en Italia. Por ley los jesuitas debían salir solo con lo que tenían puesto, todos sus bienes fueron confiscados por la Corona Española, dentro del contingente jesuita que se fue agrupando en Veracruz que venía de todos los sitios en la Nueva España en donde los Jesuitas se habían asentado llegaron dos que llevaban conciente o inconscientemente documentos por demás invaluables para la historia de México: Francisco Xavier Clavijero que pocos años después en Bolonia, Italia, escribiría su Historia de México y el padre Ignacio Tirsch que, escondidos en su hábito, llevaba los dibujos que ahora nos permiten ver las escenas de la cotidianidad californiana en el siglo XVIII. Anotamos un punto más que debemos incluir en la abundante historia del Municipio de Los Cabos: la entrada de la mala noticia para los jesuitas asentados en las Californias llegó, precisamente por San José del Cabo el 30 de noviembre de 1767. "Ignacio Tirsch, otro jesuita checo, llega a la Baja California, al ser expulsado de México su orden, lleva consigo a Praga un cuaderno de dibujos en los que refleja la arquitectura, la gente, y la naturaleza de los lugares donde vivió y que visitó. A juzgar por sus comentarios, también fue arquitecto. Según sus dibujos, se ve que trataba de implantar los modelos europeos en la Baja California. Por otra parte, sus ilustraciones son un testimonio valioso de la vida y la naturaleza en la dicha península". (3)
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sábado, 13 de agosto de 2011

NUEVOS DESCUBRIMIENTOS ARQUEOLOGICOS

Se calcula que cada uno de los abrigos debió albergar a una familia de cinco o siete miembros. EL UNIVERSAL
  • Algunos ocupados hace ocho mil años
Investigadores del INAH localizaron ocho campamentos que fueron ocupados por grupos nómadas
ENSENADA, BAJA CALIFORNIA (31/ENE/2011).- Un conjunto de ocho sitios arqueológicos, algunos ocupados hace ocho mil años por grupos nómadas, fueron descubiertos por investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en el municipio de Ensenada, Baja California. Se trata de campamentos en los que además se halló gran diversidad de artefactos líticos, principalmente de obsidiana, semejantes a los que se han encontrado en la región que hoy ocupa el condado de Riverside, California (EUA). Lo anterior corroboraría la explotación que los antiguos indígenas bajacalifornianos realizaron de este mineral con fines de intercambio, informó el arqueólogo Antonio Porcayo, coordinador del proyecto de excavación. Porcayo detalló que varios de estos sitios se localizan en el interior de cuevas, y fueron hallados durante los recientes trabajos de salvamento arqueológico efectuados con motivo de la remodelación de la carretera San Felipe-laguna Chapala. Los campamentos están distribuidos a lo largo de nueve kilómetros, al Este de la Sierra de Santa Isabel, ubicada al Noreste de la entidad, y corresponden a tres momentos de ocupación, el más antiguo estaría relacionado con los grupos de pescadores que salían de la sierra a la costa del Mar de Cortés, hace por lo menos ocho mil años. 'Estos hallazgos aportarán información relevante para completar el rompecabezas de la historia de Baja California, toda vez que la arqueología de la región del Mar de Cortés es aún desconocida porque el área apenas comienza a ser estudiada'. El arqueólogo del Centro INAH-BC indicó que los sitios han sido denominados Puertecitos, El Regino, El Huerfanito, El Juanjo, Caro´s Cave, Paido´s Cave, El Zacateco y Los Pescadores. 'Entre los aspectos más relevantes de la información que arrojarán estos campamentos, destaca el intercambio de obsidiana que tuvieron con otras regiones culturales, ya que la piedra procedente de los yacimientos cercanos a esta área se ha encontrado en asentamientos arqueológicos ubicados en el norte y hasta el condado de Riverside, en California', explicó. Esto es relevante porque nunca se habían estudiado los sitios arqueológicos donde vivía la gente que la explotaba para el canje, comentgó'. Porcayo explicó que los antiguos indígenas bajacalifornianos generalmente no acostumbraban hacer edificaciones y que solamente ocupaban las cuevas para pernoctar y comer. Es así que estos sitios se caracterizan por cientos de vestigios que dan muestra de las actividades cotidianas que ahí desarrollaron, y que en este caso se han encontrado intactos desde la última vez que los grupos nómadas estuvieron ahí, comentó. Entre los materiales descubiertos en el interior de las cuevas hay fragmentos de pipas, distintos tipos de artefactos líticos, como puntas de flecha, cerámica y restos de animales que fueron consumidos por los antiguos pobladores, principalmente restos de moluscos, huesos de peces (tiburón y delfín) y de mamíferos, como venado, borrego cimarrón y berrendo. También se localizó gran cantidad de hogueras —hasta nueve en un área de 6.0 por 2.0 metros— que corresponden a diferentes épocas, de las que se recolectó carbón de diferentes contextos, a partir de los cuales se realizan los estudios de fechamiento que darán con exactitud los diferentes momentos de la ocupación. De acuerdo con estudios preliminares, el arqueólogo propone tres temporalidades distintas para los vestigios: los más antiguos podrían tener entre nueve mil y ocho años, correspondientes al periodo Paleoindio. Otros materiales alrededor de tres mil años, relativos a la época Arcaica, y los más tardíos, que se estima corresponden a los antiguos cochimíes, tendrían alrededor de mil años. Porcayo comentó que las cuevas tienen diversos tamaños, la más importante es la que han denominado Caro´s Cave, de unos 20 metros cuadrados, donde se encontró gran cantidad de los materiales citados. Se calcula que cada uno de los abrigos debió albergar a una familia de cinco o siete miembros. Así mismo en toda el área se identificaron yacimientos de ágata, riolita y obsidiana, que de acuerdo con el investigador fueron explotados por los habitantes de estos sitios para elaborar herramientas. Para corroborar el posible intercambio de obsidiana con regiones donde se han encontrado artefactos hechos con materia prima de los yacimientos de estos sitios de Baja California, actualmente, en la Universidad de Berkeley, en California, se realizan estudios químicos de los objetos líticos recién descubiertos. En tanto que los fechamientos de carbón recuperado de las hogueras se hacen en el Laboratorio de Radiocarbono del INAH, concluyó Porcayo. 
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jueves, 28 de julio de 2011

EL INHA FRENA DETERIORO DE ANTIGUAS MISIONES





La técnica lleva más de una década de aplicación en antiguas edificaciones de adobe. EL UNIVERSAL

  • Esta labor se realiza desde hace 14 años
Gracias a una técnica de conservación de arquitectura de tierra, se ha detenido en un 80 por ciento el deteriorio de 16 misiones del estado
MEXICALI, BAJA CALIFORNIA (17/FEB/2011).- Gracias a la técnica de conservación arquitectónica aplicada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en 16 misiones de Baja California, se ha logrado detener, en un 80 por ciento, el deterioro que provocan los factores ambientales en las edificaciones construidas entre 1752 y 1834.

Esta labor se realiza desde hace 14 años y ha ayudado a la mejor preservación de las construcciones hechas por jesuitas, franciscanos y dominicos, informó en un comunicado el Instituto.

Explicó que este método de preservación, creado por especialistas del INAH, consiste en el recubrimiento de las misiones con una pasta hecha con arcillas de la región, a las que se agrega un aglutinante natural de origen vegetal, animal o mineral, como baba de nopal, estiércol o cal.

La mezcla es aplicada en los muros, de modo que el adobe queda protegido con lo que los restauradores denominan una 'capa de sacrificio', revestimiento que recibe los daños causados por el intemperismo.

Carlos Chávez, arquitecto del Centro INAH-BC, responsable de la conservación de los sitios misionales históricos de Baja California, informó que esta técnica se aplica desde hace 14 años en estas construcciones coloniales, como parte de un programa de largo aliento para el estudio, rescate, protección y conservación de las mismas.

'Cada año, antes de que comience la temporada de lluvias que en Baja California se registra de noviembre a febrero, cada una de las misiones ubicadas a lo largo de 750 kilómetros y alejadas entre sí, es recubierta con dicha pasta que impide que el agua, el sol o el viento toquen directamente el adobe', comentó.

El especialista señaló que esta tarea se enmarca dentro del Proyecto Corredor Histórico Camino Real Misionero de las Californias (Alta, Baja y Sur), donde se localizan un total de 61 edificaciones levantadas por misioneros jesuitas, franciscanos y dominicos para la evangelización de los indígenas de la parte norte de la Nueva España.

'En el estado de Baja California, están 18 de las 61 misiones de la península, de las cuales 16 son de adobe y dos de cantera; el programa ha permitido frenar el deterioro en aquellas construcciones hechas con ladrillos de arcilla, que presentaban un daño acelerado por las características de su constitución', explicó Carlos Chávez.

Factores como la humedad, la acción del viento, la radiación solar, la flora y fauna nocivas, así como el vandalismo en el caso de las más alejadas a las poblaciones, son los causantes de que la mayoría de las misiones sólo conserven entre 35 y 40 por ciento de su construcción original.

El arquitecto del INAH explicó que cuando estas edificaciones fueron abandonadas por los evangelizadores, alrededor de 1840, lo primero que perdieron fueron sus techos, porque la gente llegó a quitarlos para su reutilización.

'Con el retiro de las cubiertas comenzó su deterioro, ya que el sol, el viento y el agua llegaron directamente a los muros interiores, entonces se cayeron los aplanados y las paredes se empezaron a debilitar; una construcción de adobe si no tiene cubierta se deteriora rápidamente.'

Chávez explicó que los trabajos de conservación de estos inmuebles coloniales también han implicado su limpieza, consolidación, protección y mantenimiento periódico.

El especialista descartó la reedificación como alternativa de preservación de las misiones.

'En ninguna de ellas se ha recurrido a la reconstrucción; los tratados internacionales de restauración establecen que si un edificio ha perdido más de 80 por ciento de su composición no es posible hacerle reconstrucciones porque se caería en la falsedad, y éste es el caso de las misiones de adobe de Baja California', añadió.

Es así que desde 1996 el mantenimiento de las misiones es constante, con la finalidad de que no avance su pérdida.

 A través de este programa de conservación, el INAH también ha dado atención a las dos misiones de cantera que hay en Baja California, Santa Gertrudis y San Francisco de Borja, fundadas por los jesuitas en 1752 y 1762 respectivamente.

'En ambas se han realizado diversos trabajos de restauración mayor en distintos momentos, así como una labor de conservación permanente que consiste en limpieza, resanes y reposiciones de elementos deteriorados', manifestó Chávez.

Abundó que en el caso de la Misión de Santa Gertrudis, ésta tiene muchas alteraciones y elementos arquitectónicos ajenos, debido a restauraciones hechas antes de que el INAH llegara a Baja California.

'El retiro de esos componentes será muy lento, porque requiere de un estudio profundo para saber con certeza cómo era originalmente y no caer en falsedades arquitectónicas'.

Indicó que entre los trabajos más recientes hechos a esta misión destacan el resane de muros, la consolidación de los cimientos de la fachada principal, integración de algunos pretiles y recubrimientos de arcilla sobre vestigios de adobe.

En tanto que en la misión de San Francisco de Borja, se han hecho trabajos de conservación —conjuntamente con la Coordinación Nacional de Monumentos Históricos del INAH— realizados en 2009 y 2010, en los que se logró también la reintegración de los pretiles, en tanto que se encontraron datos de sus características y de cómo fueron hechos originalmente.

El arquitecto Carlos Chávez explicó que aunque existe un plan maestro para la conservación de las misiones, cada sitio cuenta con un proyecto específico para su rescate, elaborado tras un periodo de observación, análisis y estudio individual.

Finalmente, el experto del Centro INAH-BC adelantó que también se trabaja en la elaboración de planes de manejo para cada sitio; 'ya se tiene el diagnóstico de cada misión, y en él están registradas sus características arquitectónicas y la técnica que se usó en su edificación'.

Los sitios misionales en Baja California son: San Telmo (1714), San Juan de Dios (1714), Santa Gertrudis (1752), San Francisco de Borja (1762), Clamajué (1766), Santa María de los Angeles (1767), San Fernando de Velicatá (1769), Nuestra Señora del Rosario de Arriba (1774), Santo Domingo de la Frontera (1775) y San Vicente Ferrer (1780).

San Miguel Arcángel (1787), Santo Tomás Aquino I (1791),  Santo Tomás Aquino II (1791), San Pedro Mártir de Verona (1794),  Santa Catarina Virgen y Mártir (1797), Nuestra Señora del Rosario de Abajo (1802), El Descanso (1812) y Nuestra Señora de Guadalupe (1834).



CRÉDITOS:

NTX / IAMR
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ARTEFACTOS DE PESCA De los primeros pobladores de BAJA CALIFORNIA

Las herramientas pueden tener entre 11.000 y 8.000 años de antiguedad. :: NTX
Son 43 artefactos de madreperla, similares a los encontrados en otros países
Casi medio centenar de artefactos completos y fragmentados para pescar, que se calcula fueron elaborados en madreperla durante el Holoceno Temprano, hace más de 8,000 años, fueron descubiertos en un abrigo rocoso de la Isla de Espíritu Santo, en Baja California Sur, por arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta).
Los objetos completos, que tienen la forma semejante a la letra "C", son similares a los encontrados en sitios de Ecuador, Australia y el Mar Arábigo; de acuerdo con los especialistas estos artefactos ofrecen nueva información sobre los primeros pueblos de pescadores del continente americano.
Lo anterior fue informado por la arqueóloga Harumi Fujita, quien dirige el proyecto de investigación en este punto ubicado en el norte de la Bahía de La Paz, quien detalló en total se hallaron 43 artefactos, que por el nivel de la tierra donde se ubicaron, 14 de éstos pudieran tener entre 11,000 y 8,000 años de antigüedad, y los 29 restantes entre 8,000 y 3,000 años.
Además, añadió, también se encontró un conjunto de materiales vinculados con las diferentes fases de manufactura de los anzuelos, cuya antigüedad data del Holoceno Temprano (alrededor de 10,000 a 8,000 años) y se pueden remontar hasta hace 11,000 años, en el Pleistoceno Final.
La investigadora del Centro INAH-BCS consideró que de confirmarse la antigüedad de los vestigios con estudios de laboratorio, los anzuelos serían un indicador de que la explotación de recursos marinos por los primeros pobladores de lo que hoy es Baja California Sur, comenzó paralelamente a la caza de megafauna que se hacía en otras regiones de América hace más de 11,000 años. "Así mismo, se situarían dentro de los anzuelos más antiguos del mundo, indicando una cultura orientada a la explotación de recursos marinos desde el Pleistoceno Final".
Harumi Fujita indicó que el hallazgo se registró en el abrigo rocoso llamado la Covacha Babisuri, un sitio que es estudiado desde hace 15 años por el INAH, y que fue ocupado por grupos humanos hace 11,000 años, dato que se determinó a partir del fechamiento por Carbono 14 del material arqueológico recuperado en el lugar.
La arqueóloga explicó que las piezas de concha encontradas miden entre dos y seis cm, son de forma casi circular con una abertura corta y los extremos puntiagudos; "algunas están pulidas y otras retocadas, en el caso de las que fueron alisadas son piezas terminadas, mientras que las segundas pudiera tratarse de preformas, es decir, herramientas en proceso de hechura".
Luego de adelantar que un fragmento de uno de los anzuelos fue fechado y arrojó una antigüedad de 8,300 años, la investigadora abundó que junto con los anzuelos se hallaron herramientas y desechos líticos, de concha, coral y hueso, así como restos de fauna que muestran indicios de haber sido consumida por los antiguos pobladores de la isla, principalmente peces, moluscos y erizos.
"Tanto el conjunto de herramientas, como los desechos de concha de madreperla, preformas y piezas completas y fragmentadas de los anzuelos, indican que la manufactura de estos instrumentos de pesca fue llevada a cabo en la misma Covacha Babisuri".
La arqueóloga mencionó que a partir de estudios ya publicados en diversos países, ha identificado algunas semejanzas en la fabricación de los anzuelos de concha encontrados en BCS y los hallados en otras partes del mundo. "Como ejemplo de ello tenemos los recuperados en Valdivia, Ecuador, que corresponden a diferentes fases de elaboración, junto con herramientas utilizadas para la fabricación de los instrumentos de pesca, como pulidores o rimas cilíndricas, cuya antigüedad oscila entre los 5,000 y 3,000 años".
Fujita refirió que para interpretar el proceso de fabricación de anzuelos de madreperla de BCS, ha consultado estudios llevados a cabo por colegas australianos, particularmente el relativo a la manufactura de los anzuelos de concha encontrados en Cape Grafton, al norte de Queensland, Australia, cuya antigüedad oscila entre 3,500 y 3,000 años, y fueron encontrados junto con afiladoras y perforadores.
En lo que se refiere a los restos de fauna descubiertos, la arqueóloga del INAH refirió que la mayoría corresponden a moluscos y peces de tamaño grande y mediano, como el atún, barrilete, corvina, jurel, pez perico y cochito; también se encontraron vértebras de tiburones gris y toro.
"Lo que nos indica que estos animales marinos pudieron haber sido capturados con anzuelos, así como lanzas o fisgas con puntas de proyectil, en los periodos Pleistoceno Final y Holoceno Temprano y Medio".
La especialista dijo que de acuerdo con la cantidad y características de los vestigios encontrados, así como las descripciones etnohistóricas sobre los indígenas que habitaron la región del Cabo, parece que el método de pesca cambió durante el Periodo Tardío (a partir del inicio de la nuestra era), ya que no se han encontrado anzuelos de concha ni herramientas relacionadas para la fabricación de éstos que correspondan a esta etapa.
Finalmente, Harumi Fujita comentó que a partir de los estudios realizados a las herramientas líticas y de hueso, también localizadas en la Covacha, se ha podido inferir que los primeros pobladores de la Isla de Espíritu Santo no subsistieron sólo de la pesca, sino que practicaron una economía mixta compuesta por la recolección de vegetales, moluscos, crustáceos y erizos y la caza de fauna terrestre como el venado; además de la captura de animales de mar como la tortuga y el lobo marino.

Descubren milenarios artefactos de pesca en Baja California Sur

Arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) descubrieron en la Isla Espíritu Santo, en Baja California Sur, cerca de 50 artefactos completos y fragmentados empleados para pescar, que se calcula fueron realizados hace más de 8.000 años.
La directora del proyecto de investigación en este punto ubicado en el norte de la Bahía de La Paz, Harumi Fujita, informó que los objetos completos tienen forma de "C" y son similares a los encontrados en Ecuador, Australia y el Mar Arábigo, lo que consideró ofrece información sobre los primeros pueblos de pescadores del continente americano.
Detalló que se encontraron 43 artefactos que por el nivel de tierra donde se ubicaron, 14 de éstos pueden tener entre 11.000 y 8.000 años de antiguedad, mientras que los 29 restantes se calcula tienen 8.000 y 3.000 años.
Fujita subrayó que también se encontró un conjunto de materiales vinculados a las fases de manufactura de los anzuelos, cuya antiguedad data del Holoceno Temprano, alrededor de 10.000 a 8.000 años, y se pueden remontar hasta el Pleistoceno Final equivalente a 11.000 años.
Además explicó que estos azulejos serían un indicador de la explotación de recursos marinos por los primeros pobladores de Baja California, si se confirma la antiguedad de los vestigios, con estudios de laboratorio.
"Se situarían dentro de los anzuelos más antiguos del mundo, indicando una cultura orientada a la explotación de recursos marinos desde el Pleistoceno Final", puntualizó Harumi Fujita.
Respecto a la ubicación exacta del descubrimiento, la experta indicó que se registró en el abrigo rocoso llamado la "Covacha Babisuri" el cual desde hace 15 años es estudiando por investigadores del INAH, y destacó que esta zona fue ocupada por grupos humanos hace 11.000 años, dato determinado por el fechamiento por carbón 14 del material arqueológico recuperado en el lugar.
También la antropóloga explicó que las piezas de concha encontradas miden entre dos y seis centímetros, además de contar con una forma casi circular con una abertura corta y extremos puntiagudos.
Harumi Fujita adelantó que uno de los fragmentos fue analizado y arrojó que cuenta con una antiguedad de 8.000 3.000 años: "junto con los anzuelos se hallaron herramientas y desechos líticos, de concha, coral y hueso, así como restos de fauna que muestran indicios de haber sido consumida por los antiguos pobladores de la isla, principalmente peces, moluscos y erizos."
La arqueóloga puntualizó que a partir de estudios publicados en distintos países, ha identificado algunas semejanzas en la fabricación de los anzuelos descubiertos con los encontrados en otras partes del mundo.
"Como ejemplo de ello tenemos los recuperados en Valdivia, Ecuador, que corresponden a diferentes fases de elaboración, junto con herramientas utilizadas para la fabricación de los instrumentos de pesca, como pulidores o rimas cilíndricas, cuya antiguedad oscila entre los 5.000 y 3.000 años"
En lo que se refiere a los restos de fauna descubiertos, la arqueóloga dijo que la mayor parte corresponden a molusco y peces como: atún, barrilete, corvina, jurel, pez perico y cochino, además se encontraron vértebras de tiburones gris y toro.
"Lo que nos indica que estos animales marinos pudieron haber sido capturados con anzuelos, así como lanzas o fisgas con puntas de proyectil, en los periodos Pleistoceno Final y Holoceno Temprano y Medio", finalizó Harumi Fujita.
El Economista / El Informador

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lunes, 24 de enero de 2011

HALLAZGO ANTROPOLOGICO

EN LOS CABOS
DESCUBREN LOS

RESTOS DEL
MISIONERO NICOLAS TAMARAL

Uno de los hallazgos antropológicos
más importantes

Encuentran también el sitio original
de la misión de San José del Cabo Añuití


Por Cuauhtémoc Morgan
Una visita poco común recibió el obispo de La Paz, Miguel Ángel Alba Díaz,
en agoto de 2007. En sus oficinas lo aguardaba una persona que buscaba entrevistarse
con él.
Amable, como siempre ha sido, el obispo cuestiona a este personaje, quien es
devoto católico, sobre el motivo de su visita.

─Padre, hemos descubierto los restos del misionero Nicolás Tamaral, están
sepultados en San José Viejo junto con sus objetos personales.
El obispo guardó silencio ante tan sorpresiva aseveración y puso atención a
su interlocutor, quien narró paso a paso la forma en que ha sido descubierto el
sitio original de la misión de San José del Cabo Añuití tan llena de historia.
Además en dos excavaciones, fueron hallados los efectos personales del
sacerdote jesuita asesinado el 3 de octubre de 1734 en una rebelión de la tribu
pericú, suceso que causó en esa época un gran impacto por la importancia de la
obra de evangelizadora que emprendió la iglesia católica en la antigua California.
Luego de evaluar por varios minutos la trascendencia de este hallazgo, el
obispo solicitó al visitante guardar respeto y discreción por el sagrado lugar
y esperar un mejor momento para ahondar en las investigaciones, dada la
importancia antropológica e histórica que implica este hallazgo fortuito.

PROTOMÁRTIRES DEL CRISTINISMO

La difícil obra evangelizadora iniciada en las Californias a partir del
arribo de los misioneros jesuitas a Loreto en 1697, estuvo plagada de
sufrimientos de todo tipo, debido a las carencias y a la gran dificultad que
significó cambiar el estilo de vida de los habitantes originales de esta
desértica región.
La difusión del cristianismo y la conversión de los nativos, fue realizada
por decenas de misioneros que fundaron poblaciones y rancherías a lo largo de
la península y que fueron los primeros asentamientos humanos permanentes. Dos
de estos valerosos misioneros fueron Lorenzo Carranco, originario de Cholula,
Puebla y Nicolás Tamaral, europeo sevillano. El primero se estableció en la
misión de Santiago y el segundo, fundó la misión de San José del Cabo Añuití en
1730, cuyo sitio original estuvo en lo que hoy conocemos como el poblado La
Playa.
Cambiar el modo de vida de los Californios, fue una labor difícil de
realizar para los sacerdotes católicos. Y es que los nativos eran nómadas, y
polígamos. Por eso fue muy complicados asentarlos en los sitios misionales y
hacerles entender que debían matrimoniarse con una sola mujer. Además ellos
amaban su libertad y solo estaban acostumbrados a trabajar en épocas
determinadas.
La influencia de los misioneros sobre las tribus, provocó el celo de los
“guamas” o cabecillas de los grupos Californios, quienes fomentaron la
animadversión de sus congéneres hacia los extranjeros que los hacían cambiar su
modo de vida.
De hecho, el misionero jesuita Juan Jacobo Baegert en su libro “Noticias de
la Península Americana de California”, describe al pueblo Pericú como
“sumamente altanero, inquieto e inaguantable”. En ese marco ocurre una
rebelión, un levantamiento diferente a los que antes se habían enfrentado los
sacerdotes.

En el sur del estado en 1734 los indios pericúes Boton y Chicori,
alborotaban al pueblo secreta y sigilosamente. El objetivo de esta
conspiración, según describe Baegert era: “matar a los misioneros, destruir
todo rasgo o indicio de la religión cristiana que apenas hace unos diez años la
habían abrazado y volver a vivir como antes, sin temor ni oposición, en plena
libertad”.
Así las cosas, un grupo importante de indígenas se reúnen el 2 de octubre de
1734 y se trasladan a la misión de Santiago donde asesinan a flechazos,
pedradas y garrotazos al sacerdote jesuita Lorenzo Carranco. Fue este un
asesinato cruel, realizado con mucho odio y rencor a tal grado que un niño
californio que ayudaba al padre en la misión lloraba en el lugar de los hechos,
pero fue tomado de sus pies y estrellado contra las paredes la misión hasta
causarle la muerte.
Un día después el grupo de pericúes se trasladó a la misión de San José del
Cabo Añuití, donde acaba de oficiar la santa misa el padre Nicolás Tamaral. El
sacerdote ya se encontraba en la casa de descanso a un costado de la misión
hasta donde entran los rebelados, lo derriban y lo arrastran hacia afuera. Ahí
el misionero fue atacado con flechas y ya moribundo uno de los alzados lo
apuñala “con un cuchillo largo”, según describe Baegert. Junto con Nicolás Tamaral
fue destruida también la misión de San José del Cabo Añuití que quedó en el
abandono.
De eso forma, Lorenzo Carranco y Nicolás Tamaral se convierten en los
protomártires del cristianismo en Las Californias y son un triste recuerdo en
la difícil evangelización de esta tierra.

EL DESCUBRIMIENTO

Tuvieron que transcurrir 220 años para que los restos de esta misión fueran
descubiertos. Los actuales moradores del lugar solicitaron al reportero
mantener en secreto el sitio de la misión, así como las identidades de quienes
se han involucrado en los hallazgos, “hasta que la iglesia católica determine
lo conducente”.
Es en la población de San José Viejo donde se hizo este hallazgo a mediados
de los años 50 del siglo pasado. Al buscar sitios para extraer agua con
tecnología rudimentaria, los miembros de una familia realizaron varias
excavaciones en su propiedad. En una de estas excavaciones fue encontrada la
campana de la misión de San José. En otra de las excavaciones, fueron hallados
los restos del padre Nicolás Tamaral, su sotana y otros efectos personales y
objetos propios de la iglesia. El patriarca de la familia ordenó que todo esto
se enterrara de nuevo, que ya no se siguiera excavando más en la zona “porque
yo no deseo tener problemas con cosas de la iglesia”.
Su orden determinante fue obedecida y las cosas encontradas fueron colocadas
de nuevo en su lugar, sin embargo los dos sitios fueron señalados con marcas.
Este reportero tuvo oportunidad de ir al sitio de la misión. “Aquí han
venido investigadores de otros países y nos preguntan sobre la misión, nosotros
pues les damos la poca información que tenemos porque no sabemos mucho de eso”,
dice una de las residentes que señala los cimientos de la iglesia sobre los
cuales ahora ha construido su vivienda.

Se trata de las bases de la nave principal sobre la que estaba asentada la
misión. En estos cimientos se pueden apreciar las ruinas sobre lo que fue una
construcción adyacente a la nave principal, que bien puede ser el sitio de
descanso del sacerdote. Me piden no tomar fotografías del lugar. Parte de la
vivienda se encuentra sobre estos restos arqueológicos.
En el fondo se pueden apreciar los dos sitios que fueron marcados y en los
que “nadie ha querido intervenir, las ordenes de mi abuelo fueron que las cosas
permanecieran tal cual y hasta el momento nadie ha movido nada, todo ha sido
secreto”.
Hoy,  solo se espera la determinación del actual jerarca de la iglesia en
Baja California Sur para dar a conocer uno de los descubrimientos
antropológicos más importantes en los últimos años, y que pueden revelar más
datos sobre la obra de los misioneros y su convivencia con los nativos
pericúes.
La muerte del misionero Nicolás Tamaral fue determinante en la
evangelización de las Californias. Es un triste recuerdo para la iglesia
católica que lo rememora de manera permanente con los mosaicos del frontispicio
de la misión de San José del Cabo, donde está plasmada la muerte del sacerdote.
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sábado, 8 de enero de 2011

MITOS Y LEYENDAS DE BAJA CALIFORNIA MEXICO.

LOS PERICUES CREIAN EN UN DIOS SUPREMO

LOS PERICUES TENIAN UN DIOS Y NO ERAN IDOLATRAS

LOS GUAYCURAS CREIAN QUE DIOS ERA UN ESPIRITU Y TENIA SUS AYUDANTES

LOS COCHIMIES CREIAN EN UN DIOS QUE VINO DEL CIELO Y CONVIVIO CON ELLOS.




1.1.1)Mitos prehispánicos

El conocimiento que tenemos acerca de las costumbres y tradiciones de los antiguos habitantes de Baja California no es tan abundante como el que existe acerca de otras culturas americanas. Se trata de grupos dispersos y escasos que tenían que vivir en un medio difícil apoyados en una tecnología muy rudimentaria, que no desarrollaron ningún sistema de escritura y que con la llegada de los españoles desaparecieron completamente, excepto uno o dos grupos en la parte norte de la península.
Es por ello que el conocimiento de sus mitologías no podemos obtenerlo sino a través de las informaciones, muchas veces amañadas para mejor representar intereses individuales, otras veces ingenuas y cargadas de hiperbólicas fantasías, de los viajeros de la Nueva España que con propósitos muy diversos se aventuraron a estas tierras.
En un artículo que reseña las costumbres de estos grupos prehispánicos el doctor Miguel León Portilla nos informa acerca de los cronistas que dieron cuenta de estos asuntos 1. Es una larga lista donde se encuentran lo mismo exploradores, como Francisco de Ulloa o Sebastián Vizcaíno; buscadores de perlas como Francisco de Ortega y Pedro Porter y Casanate; o misioneros como Eusebio Kino, Juan María de Salvatierra, Francisco Piccolo, Juan Jacobo Baegert y Miguel del Barco.
Sin embargo, en lo que toca propiamente a las mitologías indígenas la lista de testimonios útiles se reduce considerablemente y en ella destacan especialmente la Noticia de la California de Miguel Venegas y la Historia Natural y Crónica de la antigua California de Miguel del Barco.

No obstante lo limitado de las informaciones al respecto, las creencias de los antiguos pobladores de la península constituyen un legado de sugestivas imágenes para el repertorio simbólico colectivo que no ha sido muy tomado en cuenta por nuestra literatura.
Seguramente la fuente más antigua y plena de sugestiones para la imaginería popular la constituyen las pinturas rupestres y petroglifos que aparecen por todas las regiones de la península, llenando de visiones fabulosas de seres gigantescos las cuevas y barrancos 2.
Acerca de ellas se ha escrito mucho y se ha dado distintas interpretaciones de su posible sentido, pero ya sea que se trate de un rito de magia analógica de cazadores, o el registro de acontecimientos celestes como eclipses y supernovas, o que de verdad se trate de un sistema de escritura jeroglífica con un cierto grado de abstracción, en realidad lo que nosotros podamos decir de ellas hasta ahora son sólo elucubraciones, pues ha sido imposible determinar, aunque sus regularidades sugieran convenciones sistemáticas, si se trata de simples representaciones más o menos realistas, símbolos regulares, o verdaderos signos.
Una de las primeras explicaciones acerca de estas pinturas nos es ofrecida por Miguel del Barco, en un curioso relato que hace al hablar de las costumbres de los cochimíes, quienes aseguraban que aquellas figuras habían sido hechas por gigantes. Barco refiere que rogó al misionero de San Ignacio, Padre Joseph Rothea, que escribiera sobre los restos
que encontró y este es el testimonio del misionero:
"Los fundamentos que, probablemente persuaden hubo gigantes en la California se reducen a tres: primero, los huesos que en varias partes se encuentran, segundo, las cuevas pintadas, lo tercero la voz común de los ancianos..." 3.

Dice que buscó donde le indicaron que había un esqueleto de gigante:
"Comencé a cavar y de hecho di con un pedazo de cráneo bien grande, el que, por más cuidado que puse, se desmoronó al sacarlo. Poco más adelante descubrí los huesos o vértebras del espinazo... los cuales llevé a la misión y cotejados con los de nuestros muertos, vi que los del gigante eran como tres tantos mayores...".
Luego pasó a ver las cuevas pintadas:
"Su altura según me acuerdo pasaba de seis varas (cinco metros aprox.) de arriba a abajo toda estaba pintada con varias figuras de hombres mujeres y animales".
Después juntó a los indios más ancianos y les preguntó...
"Todos convinieron que en tiempos muy antiguos habían venido huyendo unos (gigantes) de otros... otra parte de ellos tiró por lo áspero de la tierra y ellos son los autores (decían) de dichas pinturas. A la verdad las que yo vi lo convencen; porque, tantos en tanta altura, sin andamios ni otros instrumentos aptos para el efecto, sólo hombres gigantes las pueden haber pintado. Decían por último, que parte de ellos murieron manos los unos de los otros, y parte también mataron los mismos Californios, que no sufrían en sus tierras habitadores tan extraños...".

Lejos del propósito de agotar el tema, en este trabajo no daremos sino algunos ejemplos de los mitos más importantes entre los indios sudcalifornianos.
    1.1.1.1)MITOS PERICUES.
Pedro Porter y Casanate, un explorador que en 1643 recorrió el extremo sur de la península dice que durante sus viajes...

" No se reconoció género de idolatría en estos indios, no son ladrones ni mentirosos ni usan de borracheras ni brebajes..." 4.
La evidente calificación moral de estas líneas no va más allá del puro aspecto aparente, superficial y material de la cultura indígena. Pues el hecho de que no tuvieran a la vista ídolos o templos no los exentaba de haberse construido una religión que les explicara su propia existencia y la del mundo. Son muchos los reportes acerca de los rituales que les llenaban el año de fiestas.
Acerca de esta religión elaboró Miguel Venegas un resumen, con base en los informes que le proporcionaron distintos misioneros. En su Noticia de la California podemos conocer que los pericúes creían...
"...que en el cielo vive un señor a quien llaman Niparaya, el cual hizo la tierra y el mar, da la comida, crió a los árboles y todo lo que vemos y puede hacer cuanto quiere. No lo vemos, porque no tiene cuerpo como nosotros. Este tal Niparaya tiene mujer, llamada Anayicoyondi... ha tenido tres hijos. De estos el uno es Quaayayp, que es hombre... (éste) estuvo entre estos (los pericúes) y los enseñó. Era poderoso y tenía mucha gente... lo mataron pero está muy hermoso, sin corrupción alguna, echando continuamente sangre. No habla por estar difunto pero tiene un tecolote que le habla" 5.
Este señor Niparaya tenía un enemigo, Waac Tuparán, con el que luchó una vez...

"...al Fin le venció, le quitó todas las pithayas y lo echó del cielo y lo encerró en una cueva. Hizo luego las ballenas del mar, para que espantaran a Waac Tuparán, para que no salga de la cueva".
Esta versión está evidentemente filtrada por el cedazo de los misioneros y se parece mucho a la historia de la rebelión de los ángeles, Waac Tuparán va a ser la figura diabólica que tendrá sus seguidores, "perversos, hechiceros y curanderos" entre los pericúes mientras que los seguidores de Niparaya sería "gente grave y circunspecta que con facilidad se reduce a la razón". Tales semejanzas debieron ser acentuadas por los frayles pues verían en ellas una ventaja para su misión evangelizadora. Es por ello que habremos de tomar con ciertas reservas los testimonios.
    1.1.1.2) MITOS GUAYCURAS

El mismo Venegas explica las creencias de los guaycuras, por lo menos la tradición oral de algunas de sus rancherías:
"Dicen pues que en el cielo, hacia la parte del norte hay un espíritu principal que llaman Gumongo. Este envía las enfermedades, y en tiempos pasados envió a otro espíritu a que visitase la tierra cuando este vino fue sembrando la tierra de pithayas... y componiendo los esteros de la costa del golfo, hasta llegar a una gran piedra en un estero muy capaz, cerca de Loreto que hoy llaman los españoles Puerto Escondido, donde hizo su mansión por algún tiempo. Aquí otros espíritus inferiores que le servían le traían pitahayas para comer y peces. La ocupación de Guyiagui era hacer vestidos para sus sacerdotes..., formados por los cabellos que le ofrecían" 6.
Los sacerdotes de Guayiagui eran los Dicuinochos, para quienes dejó pintada una tabla ceremonial. En esos ceremoniales los Dicuinochos decían unas palabras de donde Venegas traduce y transcribe:
"El sol, la luna y los luceros son hombres y mujeres. Todas las noches caen al mar del poniente y se ven obligados a salir a nado por el oriente" 7.
    1.1.1.3) LOS MITOS COCHIMIES
La principal fuente de información con que contamos ahora de los mitos cochimíes está en la Historia natural y crónica de la antigua California de Miguel del Barco. El misionero dedica un capítulo entero para hablarnos de "la antigua falsa religión de los californios".
Sin embargo, en ese capítulo se preocupa más por rastrear la posibilidad de que los indios hubiesen conocido con anterioridad los dogmas cristianos que por describir sus antiguas creencias y cuando lo hace siempre es en términos de comparación con el cristianismo. Es por eso que para aprovechar las bondades de la fuente el investigador tiene que rastrear los datos sueltos e historias ilustrativas que aparecen a lo largo de sus trabajos. Además debe de tomar en cuenta el filtro que constituye la visión histórica del cronista.

Súmase a estas desventajas el hecho de que no existen testimonios directos que nos permitan contrastar lo que nos cuenta Barco, ya que los antiguos californios no tenían escritura de ningún tipo, no llevaban la cuenta de los tiempos antiguos, ni siquiera de una generación atrás y sólo se referían a épocas de su pasado más reciente pues no sabían contar más de veinte. Si hemos de creer los testimonios, no guardaban otras leyendas sobre su origen sino la escueta leyenda de que venían del norte 8.
El mismo admite la pobreza de su testimonio:
"Sobre el punto de la antigua religión de los californios no podemos satisfacer los deseos del autor en dar al público noticia más exacta que las que él mismo refiere en sus dogmas y creencias" 9.
Entre los puntos más interesantes que toca Barco se encuentra su testimonio sobre la fiesta de los difuntos, en la que el misionero ve cierta semejanza con las costumbres de los cristianos:
"Otra fiesta celebran en conmemoración o visita de sus difuntos. Viven persuadidos a que cuando mueren pasan los difuntos a las regiones del norte. De aquí tomaron ocasión los viejos para celebrar a propia utilidad, una fiesta a sus parientes difuntos. Señalan la fecha en que éstos sus parientes han de venir del norte a visitarles. Y con este motivo obligan a las mujeres a trabajar mucho más de lo ordinario para prevenir mezcales en abundancia y otras comidas que ellos buscan con que recibir y regalar a sus parientes difuntos" 10.

Para que nadie se llame a engaño, Barco se apresura a señalar, que esto no pasa de ser una interesante coincidencia cultural con las costumbres cristianas y las historias de convidados de piedra que nos son familiares, pues como él mismo dice no hay modo de saber si estos indios supieron con anterioridad del cristianismo, por algún eventual contacto con los europeos, pues no hay evidencia de ello.
Barco se inclina a pensar que esas eran fiestas de origen muy reciente, posteriores a los primeros viajes de los españoles por la península.
Principalmente llaman la atención de Barco, a pesar de su actitud que se quiere objetiva y escéptica, las creencias cochimíes que parecen tocar sus propias creencias:
"Es cierto que los californios reconocían la inmortalidad del alma, los cochimíes decían que los buenos cuando mueren van hacia la parte del norte, que suponían tierra mejor y más abundante de sus comidas y que los malos iban hacia la parte del sur que, en su aprensión era tierra más desdichada; no porque la hubiesen visto... sino porque, según se puede discurrir como los primeros pobladores vinieron del norte había fama que aquella tierra era más abundante que la que poseían; y aprendían que, mientras más al sur, era la tierra más pobre" 11.
Sin embargo, para los fines de nuestra historia mítica, son más importantes ciertas descripciones de Barco de las que se pueden extrapolar interesantes conjeturas:
"Dicen que en tiempos pasados vino del cielo un hombre para bien de su país, y así lo llaman, el hombre venido del cielo y en su lengua Tama Ambui Ucambi Tecuihui. Pero no dicen en particular de que modo fue su bienhechor. Su memoria la celebran sus gentiles con una fiesta que llaman del hombre venido del cielo..." 12.

Cuenta Barco como en esa fiesta un muchacho se disfraza del hombre venido del cielo baja de un cerro para simular su descenso come con los hombres de la aldea, y luego "regresa al cielo" por el cerro. No podemos dejar de ver, con base en la idea que tenemos del origen del teatro en diferentes culturas, una prefiguración de esta disciplina aún en su forma ritual.
Como ya se indicó en este capítulo no se agota la información existente acerca de nuestro tema, tan sólo se pretende orientar al interesado en el pasado cultural de la región. En este sentido se busca que el lector pueda reconocer que, a pesar de la pobreza de los testimonios existe un acervo de ritos y leyendas prehispánicos poco conocidos y explorados por la literatura que deben sumarse a los mitos que sobre estas tierras desarrollaron los colonizadores, a la hora de hacer el inventario de los temas sudcalifornianos.
    1.1.2) El impulso mítico de los conquistadores
Conocido es que la principal motivación de los españoles para proseguir la exploración y conquista de las costas occidentales de la Nueva España tenía una razón económica y de dominio político la búsqueda de una ruta más segura y rápida hacia China y Japón y el señorío de las islas y tierras del Pacífico para evitar la expansión de sus enemigos ingleses.

Sin embargo, la exploración del litoral del Pacífico, no hubiera tenido la constancia y la pasión que tuvo si en la mente de los navegantes no hubieran florecido los mitos acerca de ciudades de abundancia, islas maravillosas y pasos ocultos que la literatura había creado, a manera de premonición fantástica, adelantándose a lo que después sería descubierto.
En efecto, en el caso de la Península de Baja California, "antes de crearse, antes de nacer como referencia geográfica y sociopolítica ya era literatura", como explica Raúl Cota:
"El mito europeo de una isla llamada California, inscrita en las Sergas de Esplandián novela de Garci Ordóñez de Montalvo publicada a principios del siglo XVI, concebía al lugar como receptáculo de una vida idílica en donde amazonas negras eran soberanas. Cabello y crin hacían las alas la autoridad y la belleza...
Así es como California, antes de ser descubierta ya era una isla en la conciencia de los españoles, y es una de las pocas tierras del mundo que fueron bautizadas antes de ser descubiertas. Al respecto nos informa Michael Mathes:
"En particular en España, la isla de Calafia fue descrita 23 años antes de su descubrimiento" 14.

Actualmente se consiguen muy pocos ejemplares de las Sergas de Esplandián pero en su tiempo llegó a ser un libro muy popular:
"El regidor de Medina del Campo, Garci Ordóñez de Montalvo, siendo impresor, demás, en lo que hoy es un pueblito de España y era en esa época uno de los centros culturales más importantes (a principios del s. XVI), aprovechando la gran demanda de libros de caballería, de gran popularidad durante el siglo XV y XVI (esos horribles libros en aquella época considerados pornográficos); aprovechó pues..., el buen mercado y decidió publicar una obra que alcanzó una difusión increíble para su época. Resultó ser el libro quinto de la obra Amadís de Gaula, que llevaba más de ochenta años de popularidad y que se distribuía también en Francia y Alemania; precisamente eran aventuras en lugares legendarios donde siempre solían encontrarse dragones grifos y amazonas... " 15.
El libro de las Sergas de Esplandián ve la luz en 1510 y fue, casi inmediatamente, prohibido por una corona temerosa que desconfiaba de la gran influencia que tenían esos libros en la conciencia colectiva y los tachaba de corruptivos, condenándolos al fuego, del mismo modo que vemos ocurrir las cosas en el Quijote.

El libro trata de los viajes que el hijo de Amadís de Gaula hace a Grecia, Persia, Britania y las Indias orientales, conocidas por la noticia de los viajes de los Polo, y la estancia de Marco Polo en el reino del Khan, Catay y Cipango.
"Por supuesto, en esa época (principios del S. XVI) ningún caballero podía tener éxito y fama sin haber visitado las Indias (de Colón). En el capítulo 157 de las Sergas de Esplandián nos dice Garci Ordóñez de Montalvo: ' a la diestra mano de las Indias hubo una isla llamada California, muy llegada a la parte del paraíso terrenal'. Y así nos sigue describiendo estas islas, a su reina, la reina Calafia; a sus `soldaderas', las amazonas, que montaban en grifos, que se adornaban con perlas y oro..." 16.
Conviene recordar aquí que Cristobal Colón pensó que en las tierras recién descubiertas por él, debía encontrarse el Paraíso Terrenal y que dedicó tres de sus viajes a la búsqueda del ansiado jardín, así como del paso al "ancho Ganges que decía Marco Polo" 17, el que después será conocido como el estrecho de Anián, otro mito que se llegó a convertir en la gran esperanza del reino español.
Todos los conquistadores que entraron a América a partir de 1519 eran fanáticos de este tipo de literatura, todos sentían en sus exploraciones y guerras, que estaban emulando a sus héroes y al representar en la realidad sus fantasías éstas tomaban visos de certezas. La idea de una "isla a mano diestra de las indias", como aseguraba Ordóñez de Montalvo, riquísima y poblada por mujeres adornadas de perlas y oro, se convirtió en la guía de las nuevas exploraciones.
A pesar de ser una obra casi contemporánea a sus últimos viajes, ya en Colón mismo encontramos referencias a ésta idea.
Constantemente habla de estas huidizas hembras y de su reina que creyó ver esconderse en las islas del Caribe.
También es curioso anotar que fue justamente a raíz de los comentarios del almirante, después de su azaroso primer regreso a Europa, que Garci Ordoñez de Montalvo decidió incluir en las Sergas el mito de las amazonas. Así se confirma una vez más el diálogo constante que tienen la realidad y la literatura, retroalimentación que las nutre e inflama de pasión creadora.

"Colón y sus comentarios, afirmaciones e ideas era el hombre del momento y supo así aprovecharlo el novelista, sin pensar que a partir de ese momento California y Calafia se van a convertir en motivo de continua búsqueda junto con el estrecho de Anián; las fantásticas islas (Rica) de Oro y (Rica) de Plata; y las legendarias ciudades de Cíbola y Quivira de los ulteriores descubridores" 18.
Para el siglo XVI existían, pues, un nombre y un concepto geográfico para una realidad que aún no había sido descubierta, y esta idea, más fuerte muchas veces que la evidencia de las exploraciones, dirigirá y dará forma a la historia de los viajes de descubrimiento.
"Esta leyenda será fuertemente revitalizada en pleno siglo XVI, influyendo formalmente en hombres como Cortés, Pizarro, Nuño de Guzmán, Orellana y aun en eruditos de la época como Pedro Martir (de Anglería)" 19.
En 1532, Cortés estableció un astillero en Oaxaca para disponer de barcos que fueran a explorar el Oriente. En octubre de 1524 solicitó permiso a Carlos V y en 1527 zarpó hacia las Molucas Alvaro Saavedra Cerón, pero perdió sus barcos. En 1532, Cortés envió a Diego Hurtado de Mendoza a explorar el Oriente, quien fracasó del mismo modo que su predecesor.
No obstante, Cortés organizó una nueva expedición que zarpó del puerto de Santiago el 29 de octubre de 1533 21.

"La formaban dos navíos: uno el Concepción, capitaneado por su pariente Diego Becerra y el otro, llamado San Lázaro, bajo el mando de Hernando de Grijalva" 22.
Una tormenta separó las dos naves e hizo regresar a Grijalva.
"Becerra, hombre de muy mal genio, entró en dificultades con su piloto, que era un Vizcaíno llamado Fortún Jiménez de Bertandoña, quien no pudo tolerar su dureza y demasiada altivez y le mató dormido. Hirió a otros que podían vengarle y ayudado de sus partidarios se apoderó del Concepción.
"Tras de abandonar en las costas de la Nueva Galicia a los descontentos y a los heridos, siguieron luego su derrota mar adentro más bien huyendo que haciendo exploraciones. Esta fuga trajo como consecuencia que Jiménez tropezara al azar con la península californiana. Él fue el primer europeo que saltó en tierra en la que a primera vista supuso una isla" 23.
Finalmente, derrotado por la suerte, Fortún Jiménez tuvo que regresar e informar de todo lo sucedido a Cortés, quien para conseguir permiso y financiamiento para sus viajes, refirió a su rey en su cuarta carta de relación, la existencia de una isla cercana a las costas de Nayarit, "con las mismas connotaciones simbólicas que Ordoñez de Montalvo" según Raúl Cota, quien agrega, "en esta ocasión, el deseo de conquista subyace en las explicaciones de Cortés y la necesidad del autoconvencimiento del éxito posible y de lograr la autorización para la empresa" 24. La carta en cuestión dice:

"...y así mismo (un capitán que hizo viaje a la región de Colima) me trajo relación de los señores de la provincia de Ciguatán, que se afirman mucho haber una isla toda poblada de mujeres, sin varón ninguno, y que en ciertos tiempos van de la tierra firme hombres con los cuales han acceso, y las que quedan preñadas, si paren mujeres las guardan, y si hombres los echan de su compañía; y que esta isla está a diez jornadas de esta provincia, y que muchos de ellos han ido allá y la han visto. Dícenme asimismo que es muy rica de perlas y oro" 25.
Por lo tanto es muy probable que Fortún y sus compañeros se creyeran desembarcados en la mítica tierra de Calafia. Dejemos ahora que Ignacio del Río nos cuente la historia:
"La ambición era, en casos como éste, el resorte de la temeridad. Años antes, gente de Cortés que había andado por las costas de Colima pudo enterarse de que, entre los indios de allí, se tenía por cierta la existencia de una isla no muy lejana, supuestamente rica y poblada tan sólo por mujeres. Dado que especies de tal guisa encontraban fácil eco entre quienes se decidían a participar en las navegaciones oceánicas, es probable que aquellos exaltados nautas que volvían a hacerse a la mar no buscaran otra cosa que el tesoro abierto de esa isla, tierra de amazonas, señalada por los indios de la costa. Sea como haya sido, los del Concepción navegaron algún tiempo, hasta que toparon con unas tierras desconocidas hasta entonces por los españoles, que fueron tenidas por el extremo de la gran isla".
Y aunque al regreso Fortún Jiménez naufragó, las pocas perlas que ganó y el testimonio que trajo acrecentaron las fantasías y las ambiciones de Cortés.
"No obstante el elevado costo en hombres y navíos que habían tenido las expediciones auspiciadas por Cortés, el descubrimiento hecho por la gente de Fortún Jiménez acrecentó la esperanza de que las inversiones que se estaban haciendo resultaran en breve redituables. Más quizá que las escasas perlas que exhibían los marineros que regresaron a salvo, fueron múltiples leyendas y consejas, tanto de origen europeo como de tradición mesoamericana, las que hicieron pensar que la isla descubierta sería una fuente de riqueza capaz de compensar los esfuerzos empeñados en la incipiente exploración del océano.

"Algunos años más tarde, aquella supuesta isla `a la diestra mano de las indias' comenzó a ser llamada California, sin que podamos precisar bien la fecha en que se le asignó tal nombre ni sepamos de quien fue la iniciativa de llamarla así. La leyenda había formado el marco del descubrimiento y en su oportunidad proveyó el topónimo: la California de los mitos Europeos era también isla, era también rica y era también domicilio exclusivo de amazonas" 26.
La primera obra que se refiere a la península como California, según Mathes, parece ser la Historia General de las Indias de López de Gomara.
Y no se llamó California por falta de alternativas, sino por la fuerza del mito pues hubo varias propuestas toponímicas: para Vizcaíno se llamó Nueva Andalucía; Porter Cassanate quiso honrar a su tierra llamándola Nuevo Reino de Aragón; para Atondo era la Provincia de Nuestra Señora de la Trinidad; Kino y Salvatierra buscando agradar al rey y ver aumentar su apoyo, le llamaron las islas Carolinas. Finalmente la fantasía caballeresca subsistió.
En fin llevado por una combinación de motivos muy compleja, entre los que se encontraban, seguramente, la ambición y la fantasía, el Gobernador de Oaxaca decide explorar por él mismo:
"Hernando Cortés... desembarcó en California el 3 de mayo de 1535, tomando posesión de la tierra en nombre de Carlos V, la cual bautiza con el nombre de puerto Bahía de Santa Cruz, conocido actualmente como Bahía de la Paz" 27.

Esa primera colonia no pudo constituirse en una auténtica fundación a falta de bastimentos y duró realmente muy poco.
Pero en 1536 el adelantado Alvar Nuñez Cabeza de Vaca, regresó de un viaje insólito por tierra norteamericana que lo llevó de un océano a otro en las más extrañas circunstancias, y algunos de sus hombres, creyendo que la realidad que acababan de experimentar era demasiado increíble y comprometedora acordaron contar mentiras sobre lo que habían vivido y manifestaron haber visitado las ciudades de oro de Cíbola y Quivira y estar enterados de buena fuente de la existencia de las otras cinco fabulosas ciudades de Totanteac al norte de Nueva Galicia 28.
Tales informaciones avivaron la codicia de los conquistadores y Cortés:
"Tal vez con la esperanza de que más al norte pudieran encontrarse tierras menos ásperas que las que hasta entonces se habían visitado. Mandó al efecto en 1539 tres barcos al mando de Francisco de Ulloa en la que sería la postrera empresa descubridora del conquistador " 29.
Con fecha de 5 de abril de 1540, Ulloa dirigió a Cortés una relación pormenorizada de la exploración que contenía numerosas referencias geográficas y establecía sin lugar a dudas la peninsularidad de California.

Ese mismo año Hernando de Alarcón alcanzó la boca del río Colorado confirmando así los reportes de Ulloa.
Sin embargo los mapas de la época aún daban más crédito a la fantasía - al deseo- que a la evidencia -realidad-. Sebastián Münster publicó en 1540 un mapa donde aparece en lugar de California una isla llamada "Zipango" (Japón) y se insinúa un paso por el norte -el sueño de Colón- a este tipo de mapas León-Portilla los llama "precalifórnicos" y hay otros muchos fantasiosos ejemplos posteriores 30.
Alonso de Santa Cruz presenta la península dividida con una isla al sur en un mapa de 1542. Gustaldi, en cambio, en 1546, presenta una península, pero anota al norte las soñadas siete ciudades en la región del Totanteac.
Otra de las obsesiones míticas de la época, el estrecho de Anián se, llama "Mare Septentrionalle incognito" en el mapa de Bolognino Saltieri (1566), donde además se marcan Cíbola y Quivira.
A finales del siglo XVI parecía haberse aceptado ya el carácter peninsular de la Baja California, pero debido a un error propalado por el carmelita fray Antonio de la Ascensión, que acompañó en su viaje a Sebastián Vizcaíno en 1602, se representó en el siglo XVII a California como una isla... ¡ y así se siguió haciendo hasta la segunda mitad del siglo XVII!
"Nosotros diríamos -dice Mathes-: con dos exploraciones que comprueban perfectamente que llegando al remate del Golfo de California no podían pasar los barcos, ¿cómo es posible que luego haya habido nuevos conceptos de una ínsula califórnica?" 31.

La idea de la insularidad de California estuvo siempre asociada con un tema que provenía de los diarios del almirante Cristobal Colón: el paso que comunicara el océano Atlántico con el Oriente y que permitiera el comercio de especies por una vía rápida y segura. Fray Antonio de la Ascensión, al declarar que se trataba de una isla muy rica no hacía sino reproducir el deseo general. Sobre sus argumentos Mathes nos explica:
"Por su concepto de California como una isla, fray Antonio propuso lo siguiente; que siendo una isla, España podría aprovecharla de varias maneras. Primero que no hacían falta exploraciones en las zonas más frías del Pacífico, los galeones de Manila, atravesando el Pacífico podrían llegar aquí a la isla, en la costa norte y de ahí zarpar y tomar el estrecho de Anián para salir aquí (al Atlántico). Los galeones del Perú subirían felizmente por costas españolas, llegando a lo que es el paso interior (según este concepto) que llamamos Golfo de California, suben y llegan... a otro puerto, todavía en tierras superiores, abasteciendo las colonias de Nuevo México; a su vez llegan al norte a través del Estrecho (de Anián) para llegar a la Madre Patria. Qué cosa más lógica, más bella, más fácil; qué navegación más feliz, porque no había piratas en la ruta.
"La mente humana es una computadora magnífica, que por supuesto, sólo piensa en lo más agradable, no piensa sino en lo bueno. (Para) el español, reconociendo el valor estratégico de este concepto cartográfico que fray Antonio produjo, California empezó a ser otra vez isla (sic.). ¿Cómo no?, si desde el principio era isla, así la describió Garci Ordóñez de Montalvo... 32"
La idea, según Mathes, contó con defensores apócrifos: Juan de Fuca, griego que en 1587 dijo haber pasado por el estrecho de Anián, por unos terrenos muy templados. Y reclamó del rey el derecho de hacer otro viaje; Lorenzo Ferrer Maldonado, dijo que subió del Perú y pasó por el estrecho de Anián, saliendo al Atlántico en 1588; fray Juan de Torquemada, autor de la Monarquía indiana en 1625 apoyó la idea; fray Jerónimo de Zárate y Salmerón en su Relación de Nuevo México (1629), dice haber conocido a alguien que cruzó el estrecho junto con Francis Drake y que vió comerciantes moscovitas luteranos durante su viaje con los que hubo de entenderse en Latín... y así hasta el absurdo.
Mathes también señala que en la edición original de La notica de California Venegas aún creía, en 1737 en la insularidad de California, a pesar de que en 1705, en un mapa publicado en París, ya el padre Eusebio Kino había corregido el error. La geografía fantástica tuvo, pues, una gran relevancia entre las razones que hicieron posible la continuidad de las exploraciones españolas entre el siglo XVI y el XVIII.

Un impulso mitológico, un deseo de la fantasía colectiva y de la literatura fue en buena parte responsable de la colonización de tierras y de la fundación de villas y puertos en estos parajes que después ganarían, otra leyenda, la de su carácter indómito, tierra salvaje y agreste que no se deja conquistar, mito que la mantendría aislada del resto del país por mucho tiempo, prácticamente hasta mediados de nuestro siglo: "isla", a pesar de todo, a la diestra mano de las indias.
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LAGUNA HANSON

En el siglo pasado, un noruego llamado Jacob Hanson llegó a Baja California prácticamente como un ermitaño, y adquirió una propiedad en la zona central de la Sierra de Juárez, donde estableció un rancho con el objeto de criar ganado de calidad.
Cuenta la leyenda que la actividad ganadera del noruego generó una verdadera fortuna, la cual enterró en un lugar secreto dentro de su propiedad, por no existir entonces bancos donde depositar el dinero en los alrededores. Un día, aprovechando la soledad en que vivía Hanson, unos forajidos lo asaltaron y lo asesinaron, pero ni ellos ni los muchos exploradores que llegaron al lugar pudieron hallar el tesoro que celosamente escondió el noruego.

Sin embargo, Hanson dejó para la posteridad otro tesoro que protegió en vida y que persiste hasta nuestros días: una vasta laguna dentro de lo que fuera su propiedad, rodeada de pinares y única en Baja California por su singular belleza.

CAMINO A LA LAGUNA HANSON

La laguna Hanson, oficialmente denominada Laguna de Juárez, se encuentra ubicada en el Parque Nacional Constitución de 1857, localizado en el municipio de Ensenada, Baja California. Dada la hermosura e importancia ecológica del área, ésta pasó a ser propiedad de la Nación en 1962, para incorporarse al Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas en el año de 1983, a través de un decreto del presidente Miguel de la Madrid.

Partiendo de Ensenada por la carretera a San Felipe, se accede al Parque Nacional a través de una desviación que conduce al poblado de Ojos Negros, situada en el kilómetro 43.5 de dicha carretera. Esa sección de la sierra está cubierta en su mayoría por vegetación arbustiva, la cual por su distribución recibe el nombre de chaparral. En ella encontramos el chamizo cenizo, el chamizo vara colorada, la guata, el encinillo y la manzanilla.
Tras 40 km de terracería, usualmente en buen estado, el paisaje se transforma en un denso bosque constituido principalmente por pinos ponderosa, jeffrey y piñonero. Un humilde cartel indica el acceso al parque.

EL PARQUE NACIONAL CONSTITUCIÓN DE 1857 Y SU LAGUNA

Como legado de la Sedue, el parque cuenta con unas cabañas rústicas de madera que se rentan a los visitantes a precios módicos. Además, hay un galerón de dos pisos, actualmente desocupado, que tiempo atrás fue un hotel con una veintena de cuartos. Los cimientos cedieron ante el peso de la estructura, que se inclinó peligrosamente forzando su inhabilitación. Y a espaldas de las cabañas y del antiguo hotel se encuentra el menor de los dos espejos de agua que conforman la Laguna de Hanson.
La laguna está formada por agua de lluvia contenida en una depresión de la roca granítica que conforma la Sierra de Juárez. Siendo ésta un parteaguas que divide a la península de Baja California por la mitad, encontramos que el clima en el poniente (hacia el Pacífico) es más húmedo que en el oriente (hacia el Golfo de California). Durante el invierno, por ser época de lluvias, la tasa de precipitación en la vertiente oeste de la sierra excede a la tasa de evaporación, lo cual permite la acumulación de agua en la laguna. En esa época las temperaturas llegan a ser muy bajas, y por ello no es raro que haya heladas y nevadas que mantienen alto el nivel de las aguas; sin embargo, durante el verano la evaporación provocada por el sol sumada a la ausencia de lluvias, hacen que el nivel descienda considerablemente.

Alrededor de la laguna, hay monolitos de gran tamaño y caprichosas formas sobre los que crecen pinos y cactáceas. Estos montes son habitados por ardillas y aves, y recorridos por los visitantes del parque. Las rocas graníticas que emergen del suelo presentan lo que se conoce como exfoliaciones, o sea capas de roca que se separan del núcleo intemperizándose y erosionándose, dando al paisaje una apariencia muy particular.

UN POCO DE HISTORIA

En la antigüedad, la Sierra de Juárez fue habitada por un pueblo indígena denominado kumiai, dedicado principalmente a la recolección, la caza y la pesca. Los kumiai dejaron muestras de su cultura en muchas cavernas de la sierra, donde es posible encontrar pinturas rupestres y morteros esculpidos en la roca. Actualmente, los descendientes de los antiguos kumiai viven en las localidades de San José de la Zorra, San Antonio Necua y La Huerta, en el municipio de Ensenada, así como en algunos ranchos del municipio de Tecate.

En 1870 y 1871 se descubrieron yacimientos de oro en la zona de Real del Castillo, cercana a Ojos Negros, y la fiebre del oro que se desató motivó que se realizaran nuevas exploraciones, por lo que en 1873 llegaron gran cantidad de mineros a la Sierra de Juárez, donde se hallaron yacimientos aún más ricos. Sin embargo, la condición extremadamente agreste de la sierra dificultó enormemente el desarrollo de la minería en el área, y pasada la fiebre del oro ésta decayó abruptamente.
Pese a que en la actualidad la producción mineral del área es muy escasa, es posible encontrar pequeñas partículas de oro en los yacimientos de placer, es decir, en el arena granítica de los arroyos de la localidad. Basta llevar un plato metálico profundo y mucha paciencia para aplicar la técnica artesanal que permite separar la arena del codiciado polvo de oro.

FLORA Y FAUNA ALREDEDOR DE LA LAGUNA DE HANSON

Pese a la caza furtiva que se da en la región, todavía pueden encontrarse el venado bura de cola negra, el puma y el borrego cimarrón, además de mamíferos menores como liebres y conejos, zorrillos, coyotes y ratas de campo. Abundan también la víbora de cascabel, lagartijas, camaleones, ranas y sapos, alacranes, tarántulas y ciempiés.

Las aves están representadas por los pájaros carpinteros, el águila real, el gavilán, el halcón, la codorniz, el tecolote, el correcaminos, el zopilote, el cuervo y las palomas. En invierno, la laguna se cubre de especies migratorias provenientes del norte, como son los patos, los gansos y los playeros.

EL DETERIORO DEL ÁREA

Pese a los esfuerzos de mucha gente que desde los tiempos de Jacob Hanson se ha preocupado por la preservación del área, ésta muestra las huellas del deterioro causado por la falta de educación de muchos visitantes.
Alrededor de la laguna se observan las pintas de quienes, quizá en un intento burdo de perpetuarse en la memoria del lugar, han dejado su nombre estampado con pintura sobre innumerables rocas. De igual manera los desperdicios, basura y todo tipo de huella humana rebasan ampliamente la capacidad de mantenimiento del personal del parque, que no se da abasto ante el irresponsable descuido de un sorprendente número de turistas.

Sumando a esto, el constante pastoreo que sufre la periferia de la laguna ha eliminado casi completamente los pastizales y demás vegetación de esta área, y con ellos el hábitat de anidación natural de varias especies de aves que pudieran reproducirse en la zona. Resulta inexplicable que en un Parque Nacional que tiene como objetivos la protección de los recursos naturales, el incremento de su flora y fauna y la preservación de sus ecosistemas, se permita el desarrollo de una actividad ganadera que causa severos daños a lo que se intenta proteger.
La Laguna de Hanson es un tesoro natural que debemos conservar para la posteridad. Es deber de las autoridades y visitantes velar por el mantenimiento de este invaluable paisaje.


Por: Gustavo D. Danemann

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Juan Soldado, la primera leyenda urbana de Tijuana

Artículo principal: Juan Soldado

En la tarde-noche del 13 de Febrero de 1938, desapareció de frente de su casa la menor de ocho años Olga Camacho Martínez, en ese tiempo la ciudad de Tijuana contaba con no más de 19,000 habitantes, razón por lo cual todos los vecinos se conocían. Al día siguiente de la desaparición de la niña, la pequeña ciudad era un caos, todos los vecinos estaban buscando la niña y hacia las diez de la mañana del día siguiente unos niños encontraron el cuerpecito degollado y ultrajado de la menor.

Entre los sospechosos estaba el soldado Juan Castillo Morales, conocido posteriormente como Juan Soldado, un soldado raso quien al ser encarado se desplomó, lloró y pidió perdón, confesó que había cometido el crimen bajo la influencia del alcohol y la marihuana. La mujer de Juan Castillo Morales relató al investigador que una semana antes había sorprendido a su amasio Castillo Morales en el intento de violar a una sobrina suya.

La noche en que desapareció la niña Olga Camacho, Juan Castillo Morales (alias) Juan Soldado apareció en la casa de su amasia manchado de sangre, se quitó la ropa y le pidió que la lavara. Al revisar la ropa la policía encontró fibras de tela que correspondían con las encontradas en las uñitas de la niña asesinada.

(...) el reo fue trasladado la mañana del 17 de Febrero de 1938 al panteón municipal conocido como Puerta Blanca (panteón municipal No. 1) y le aplicaron la Ley fuga (una arbitrariedad que consistía en darle la oportunidad al preso de correr en búsqueda de su salvación antes de ser abatido). Eso ocurrió a la vista de los vecinos de la ciudad que se congregaron en las partes altas del panteón para atestiguar la muerte de Juan Soldado.

Es necesario resaltar que la imagen que se venera en el panteón municipal no.1 no corresponde con la fotografía que se conoce de él, en la imagen venerada aparece un militar a un lado de una mesa que sostiene un cristo crucificado, el mensaje subliminal es "lo mataron por ser creyente", nada más lejos de la realidad.

Se ignora a qué persona pertenece la imagen que se venera, lo que está fuera de duda es quien se muestra en la imagen venerada no es el soldado Juan Castillo Morales.

Creditos a WIKIPEDIA

MISIONES DE BAJA CALIFORNIA

ESTABLECIMIENTOS JESUITAS




  • Misión San Bruno (1683-1685)
  • Misión Nuestra Senora de Loreto Conchó (1697-1829)
  • Visita de San Juan Bautista Londó (1699-1745)
  • Misión San Francisco Javier Vigge Biaundó (1699-1817)
  • Misión San Juan Bautista Malbat (Liguí) (1705-1721)
  • Misión Santa Rosalia de Mulegé (1705-1828)
  • Misión San Jose de Comondú (1708-1827)
  • Misión La Purisima Concepción de Cadegomó (1720-1822)
  • Misión de Nuestra Señora del Pilar de La Paz Airapí (1720-1749)
  • Misión Nuestra Senora de Guadalupe de Huasinapi (1720-1795)
  • Misión Santiago de Los Coras (1721-1795)
  • Misión Nuestra Senora de los Dolores del Sur Chillá (1721-1768)
  • Misión San Ignacio Kadakaamán (1728-1840)
  • Misión Estero de las Palmas de San José del Cabo Añuití (1730-1840)
  • Misión Santa Rosa de las Palmas (Todos Santos) (1733-1840)
  • Misión San Luis Gonzaga Chiriyaqui (1740-1768)
  • Misión Santa Gertrudis (1752-1822)
  • Misión San Francisco Borja (1762-1818)
  • Visita de Calamajué (1766-1767)
  • Misión Santa María de los Angeles (1767-1768)


ESTABLECIMIENTOS DOMINICOS




  • Misión Nuestra Señora del Santísimo Rosario de Viñacado (1774-1832)
  • Visita de San José de Magdalena (1774-1828)
  • Misión Santo Domingo de la Frontera (1775-1839)
  • Misión San Vicente Ferrer (1780-1833)
  • Misión San Miguel Arcangel de la Frontera (1797-1834)
  • Misión Santo Tomás de Aquino (1791-1849)
  • Misión San Pedro Mártir de Verona (1794-1824)
  • Misión Santa Catalina Vírgen y Mártir (1797-1840)
  • Visita de San Telmo (1798-1839)
  • Misión El Descanso (San Miguel la Nueva) (1817-1834)
  • Misión Nuestra Senora de Guadelupe del Norte (1834-1840)


ESTABLECIMIENTOS FRANCISCANOS


Mision San Fernando Rey de Espana De Velicata' ( 1769-1772 )

Origenes de la region

Grupos Indígenas

Hace unos 3 mil años penetraron a Baja California varias corrientes migratorias provenientes del sur de lo que hoy es Estados Unidos. Eran grupos de filiación lingüística yumana. Durante milenios se mantuvieron nómadas y su economía dependió básicamente de la recolección, complementada con productos de la caza y la pesca. Entre las montañas y el desierto, recorrían grandes distancias recogiendo bellotas, semillas, tunas, piñones, agaves y frutos de la manzanita y la guata.

Con el tiempo aquellos hombres se agruparon en distintas bandas y cada una procuró delimitar su territorio. A la llegada de los misioneros, los indígenas Kumiai, pai pai, kiliwa y cochimí fueron congregados en rancherías aledañas a las misiones. Únicamente los cucapá se mantuvieron libres, debido a que en su región no se estableció ninguna casa de religiosos. La imposición de una cultura ajena inició el proceso de aculturación de los aborígenes, el cual se acentuó con la llegada de los otros extranjeros y mexicanos.

En la actualidad, los grupos indígenas viven en asentamientos enclavados en los terrenos que se les han concedido legalmente, y aunque por lo general se trata de áreas cerriles, de agostadero y pedregosas, eso les permite tener los mínimos recursos de subsitencia y un espacio geográfico que les pertenece. Según el últmo censo realizado por el INAH en 1978, existían entonces en Baja California 1 051 indígenas, cuyo número seguramente ha aumentado.




El Padre nuestro en lengua Yumano

Va-bappa amma-bang miarnu,
rna-rnang-ajua huit maja tegem:
amat-mathadabajua ucuem:
kern-rnu-jua arnrna-bang vahi-mang amat-a-nang la-uahim.
Teguap ibang gual güieng-a.vit-a-jua ibang-a-nang packagit:
-mut-pagijua abadakegem, rnachi uayecgjua packabaya..guern:
kazet-aduangarnuegnit,pacurn:
guangrnayi-acg packadabanajarn.
Amén.


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