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jueves, 20 de octubre de 2011

ISLAS CORONADO ( Rescate )

Articulo Publicado en el Diario Excélsior OSADO RESCATE DE ISLA CORONADO Isla Coronado fue rescatada por el Arrebato Nacionalista de un Puñado de Osados Marinos... Nostálgico, frente a las ruinas de lo que fue el famoso casino-hotel Golden Castle, en donde Al Capone, el celebre gangster de Chicago, reunía a los miembros del “jet-set” de los años veinte, el teniente coronel retirado Ismael Llamas, relato a este enviado los pormenores de una extraña expedición que bajo sus ordenes y surgida de un espíritu de nacionalismo, osadía y aventura, permitió a México recuperar esta, la única de las islas del Archipiélago del Norte. Coronado, con una extensión de unos cuarenta kilómetros cuadrados, es ahora un páramo, en donde solo quedan restos de lo que fue el casino de Al Capone, por el que desfilaron luminarias de Hollywood como Mae West, Tyrone Power y Clark Gable, y sobresalen del agua algunos maderos del muelle en donde atracaban los yates de personajes tan poderosos como William Randolph Hearst, Rockerfeller, Rotschild o Singer. Esta bajo la custodia de un pelotón de infantes de Marina y habilitado por guardafaros y una docena de familias de pescadores. “Mire –dice el teniente coronel Llamas- lo único que necesita México para recuperar las otras ocho islas son...tamaños. Porque ellos, los gringos, saben que no tienen ningún derecho legal sobre las islas. Y prueba de esto es aquella expedición que una noche
emprendimos y que, a fin de cuentas permitió que México recuperara la Isla de Coronado”. Centro de recreo internacional El “Golden Castle” era un centro de recreo de prestigio internacional, se hallaba en una pequeña caleta, aislada por acantilados, una fortaleza casi inexpugnable que Al Capone había mandado construir para reunir allí a los personajes de la época, que cuando en Estados Unidos la prohibición alcohólica había empujado al clandestinaje a los centros de diversión. La construcción semiderruida, que actualmente sirve como escuela para los hijos de los Infantes de Marina que resguardan las islas, todavía conserva rastros del esplendor de aquellas épocas, cuando allí eran famosas las fiestas en las que participaban Josephine Baker, Fred Astaire, Lena Horn o Al J Era un joven medico militar recién egresado de la academia “con todo el valor dentro del pecho y la vida por delante”. Para celebrar la llegada de la guarnición, el club de leones ofreció una fiesta en su casino de Ensenada. Allí la charla comenzó a tejerse en torno de los abusos de Estados Unidos en territorio mexicano. Y en el largo rosario de sucedidos que los lugareños narraron a los jóvenes militares salió a colación el tema de las islas arrebatadas a territorio mexicano. El mayor Llamas se mostró incrédulo. Pidió pruebas. “Todo cuanto le hemos dicho es cierto –le dijeron sus anfitriones bajacalifornianos-. Podemos probarlo”. Al día siguiente, Llamas se procuró copias de los Tratados de Guadalupe–Hidalgo y la Mesilla, investigo la situación de las islas, fue a verlas y obtuvo pruebas de que no había nada que pudiera justificar la presencia de estadounidenses en esas islas, al parecer era territorio mexicano ignorado. “Pero ¿cómo puede ser posible esto? ¿Estas seguro de lo que dices?”, le preguntaron. Lo comentó con sus compañeros oficiales.ohnson y otros. Años después fue adicionado con instalaciones para club de yates, de pesca y centro de veraneo. En 1947, el teniente coronel Llamas, que a la sazón tenia el grado de mayor, fue destacado al frente de la guarnición militar del cuartel de “El Ciprés”, en Ensenada, Baja California. Llamas les hizo una detallada exposición de lo que había encontrado durante su investigación y les propuso “Vamos a ocupar la isla de Coronado que es la más cercana. Esta aquí nomás, frente a Rosario. Si no hay problemas, ponemos guarniciones en las otras ocho...” Algún oficial dudó. “Mejor vamos a consultarlo a México. No sea que nos metamos en un lió...” Pero todos los demás se habían contagiado del espíritu nacionalista de Llamas, y respondieron: “Vamos a recuperar las islas”. El mayor expuso otro argumento adicional: “Además, la obligación del Ejercito, en lo fundamental, es proteger el territorio y la soberanía nacional, ¿no? Pues vamos a cumplir con lo que la patria nos señala como sagrada obligación”. Cuando termino su arenga, los soldados y oficiales le manifestaron su entusiasmo con una ovación. Salen a ocupar la isla Sin preámbulos, se dirigieron a la base de la Marina para pedir una embarcación. Y una madrugada, “De cielo limpio y luna llena” –según recuerda el mayor–, salieron con destino a la isla de Coronado. Llegaron al amanecer. La tropa desembarco y, según la estrategia militar trazada de antemano, tomo de inmediato posiciones en el Casino, en el Hotel y en el muelle. Llamas espero hasta el ultimo momento antes de salir. Ante el movimiento de militares, que tomo por sorpresa, lo mismo a los desvelados turistas, que al personal del casino, salió el gerente para averiguar lo que pasaba. Venimos –dijo el mayor– en nombre del Gobierno de México a tomar posesión de esta isla, que es parte del territorio nacional...”,expreso con voz firme. El gerente estadounidense, quedo pálido y estupefacto. –Bueno...pero es que....mi compañía... – musitó. Avise usted a su compañía y a sus jefes. Dígales que si tienen pruebas que acrediten la propiedad de la isla, o títulos oficiales que les permitan ocuparlas, que los muestren al Gobierno de México, a través del gobierno estadounidense. Mientras tanto, la tropa quedará en resguardo de la isla”, repuso el mayor. Luego se retiró con dos oficiales, no sin antes dejar allí apostados a los elementos de su pelotón. Paso una semana. Luego un mes. Finalmente llego uno de los soldados para avisarle que “los gringos ya están sacando sus cosas de la isla...” –“Sigan allí hasta que no reciban nuevas instrucciones”. Semanas mas tarde estallo la bomba. Llegó el secretario de la Defensa, acompañado por el Procurador. “¿Pero que han hecho ustedes? –le preguntaron indignados–. Esto va a provocar un problema de proporciones internacionales. Preséntese inmediatamente a declarar”. –Señores– les respondió el mayor– solamente cumplimos la obligación y el honor de soldados de resguardar el territorio nacional. –Bueno. Esta bien. Pero debieron haber consultado. Ahora esperemos que la cosa no llegue a mayores. Y regresaron a México. Así paso el tiempo. Seis meses. Un año. El mayor casi se había olvidado del asunto cuando un día se fue de pesca a Coronado. Allí se encontró a sus soldados, convertidos casi en ermitaños. –Por favor– le dijeron– haga usted algo para que nos saquen de aquí. Mire, cada mes desde que tomamos la isla viene solo un barco de la armada para traernos agua y alimentos y pagarnos los haberes. Nos sostenemos con la pesca y la caza de cabras... Así se consumó la recuperación y se inicio el nuevo abandono de la Isla Coronado. Por Victor Payán
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Juan Soldado, la primera leyenda urbana de Tijuana

Artículo principal: Juan Soldado

En la tarde-noche del 13 de Febrero de 1938, desapareció de frente de su casa la menor de ocho años Olga Camacho Martínez, en ese tiempo la ciudad de Tijuana contaba con no más de 19,000 habitantes, razón por lo cual todos los vecinos se conocían. Al día siguiente de la desaparición de la niña, la pequeña ciudad era un caos, todos los vecinos estaban buscando la niña y hacia las diez de la mañana del día siguiente unos niños encontraron el cuerpecito degollado y ultrajado de la menor.

Entre los sospechosos estaba el soldado Juan Castillo Morales, conocido posteriormente como Juan Soldado, un soldado raso quien al ser encarado se desplomó, lloró y pidió perdón, confesó que había cometido el crimen bajo la influencia del alcohol y la marihuana. La mujer de Juan Castillo Morales relató al investigador que una semana antes había sorprendido a su amasio Castillo Morales en el intento de violar a una sobrina suya.

La noche en que desapareció la niña Olga Camacho, Juan Castillo Morales (alias) Juan Soldado apareció en la casa de su amasia manchado de sangre, se quitó la ropa y le pidió que la lavara. Al revisar la ropa la policía encontró fibras de tela que correspondían con las encontradas en las uñitas de la niña asesinada.

(...) el reo fue trasladado la mañana del 17 de Febrero de 1938 al panteón municipal conocido como Puerta Blanca (panteón municipal No. 1) y le aplicaron la Ley fuga (una arbitrariedad que consistía en darle la oportunidad al preso de correr en búsqueda de su salvación antes de ser abatido). Eso ocurrió a la vista de los vecinos de la ciudad que se congregaron en las partes altas del panteón para atestiguar la muerte de Juan Soldado.

Es necesario resaltar que la imagen que se venera en el panteón municipal no.1 no corresponde con la fotografía que se conoce de él, en la imagen venerada aparece un militar a un lado de una mesa que sostiene un cristo crucificado, el mensaje subliminal es "lo mataron por ser creyente", nada más lejos de la realidad.

Se ignora a qué persona pertenece la imagen que se venera, lo que está fuera de duda es quien se muestra en la imagen venerada no es el soldado Juan Castillo Morales.

Creditos a WIKIPEDIA

MISIONES DE BAJA CALIFORNIA

ESTABLECIMIENTOS JESUITAS




  • Misión San Bruno (1683-1685)
  • Misión Nuestra Senora de Loreto Conchó (1697-1829)
  • Visita de San Juan Bautista Londó (1699-1745)
  • Misión San Francisco Javier Vigge Biaundó (1699-1817)
  • Misión San Juan Bautista Malbat (Liguí) (1705-1721)
  • Misión Santa Rosalia de Mulegé (1705-1828)
  • Misión San Jose de Comondú (1708-1827)
  • Misión La Purisima Concepción de Cadegomó (1720-1822)
  • Misión de Nuestra Señora del Pilar de La Paz Airapí (1720-1749)
  • Misión Nuestra Senora de Guadalupe de Huasinapi (1720-1795)
  • Misión Santiago de Los Coras (1721-1795)
  • Misión Nuestra Senora de los Dolores del Sur Chillá (1721-1768)
  • Misión San Ignacio Kadakaamán (1728-1840)
  • Misión Estero de las Palmas de San José del Cabo Añuití (1730-1840)
  • Misión Santa Rosa de las Palmas (Todos Santos) (1733-1840)
  • Misión San Luis Gonzaga Chiriyaqui (1740-1768)
  • Misión Santa Gertrudis (1752-1822)
  • Misión San Francisco Borja (1762-1818)
  • Visita de Calamajué (1766-1767)
  • Misión Santa María de los Angeles (1767-1768)


ESTABLECIMIENTOS DOMINICOS




  • Misión Nuestra Señora del Santísimo Rosario de Viñacado (1774-1832)
  • Visita de San José de Magdalena (1774-1828)
  • Misión Santo Domingo de la Frontera (1775-1839)
  • Misión San Vicente Ferrer (1780-1833)
  • Misión San Miguel Arcangel de la Frontera (1797-1834)
  • Misión Santo Tomás de Aquino (1791-1849)
  • Misión San Pedro Mártir de Verona (1794-1824)
  • Misión Santa Catalina Vírgen y Mártir (1797-1840)
  • Visita de San Telmo (1798-1839)
  • Misión El Descanso (San Miguel la Nueva) (1817-1834)
  • Misión Nuestra Senora de Guadelupe del Norte (1834-1840)


ESTABLECIMIENTOS FRANCISCANOS


Mision San Fernando Rey de Espana De Velicata' ( 1769-1772 )

Origenes de la region

Grupos Indígenas

Hace unos 3 mil años penetraron a Baja California varias corrientes migratorias provenientes del sur de lo que hoy es Estados Unidos. Eran grupos de filiación lingüística yumana. Durante milenios se mantuvieron nómadas y su economía dependió básicamente de la recolección, complementada con productos de la caza y la pesca. Entre las montañas y el desierto, recorrían grandes distancias recogiendo bellotas, semillas, tunas, piñones, agaves y frutos de la manzanita y la guata.

Con el tiempo aquellos hombres se agruparon en distintas bandas y cada una procuró delimitar su territorio. A la llegada de los misioneros, los indígenas Kumiai, pai pai, kiliwa y cochimí fueron congregados en rancherías aledañas a las misiones. Únicamente los cucapá se mantuvieron libres, debido a que en su región no se estableció ninguna casa de religiosos. La imposición de una cultura ajena inició el proceso de aculturación de los aborígenes, el cual se acentuó con la llegada de los otros extranjeros y mexicanos.

En la actualidad, los grupos indígenas viven en asentamientos enclavados en los terrenos que se les han concedido legalmente, y aunque por lo general se trata de áreas cerriles, de agostadero y pedregosas, eso les permite tener los mínimos recursos de subsitencia y un espacio geográfico que les pertenece. Según el últmo censo realizado por el INAH en 1978, existían entonces en Baja California 1 051 indígenas, cuyo número seguramente ha aumentado.




El Padre nuestro en lengua Yumano

Va-bappa amma-bang miarnu,
rna-rnang-ajua huit maja tegem:
amat-mathadabajua ucuem:
kern-rnu-jua arnrna-bang vahi-mang amat-a-nang la-uahim.
Teguap ibang gual güieng-a.vit-a-jua ibang-a-nang packagit:
-mut-pagijua abadakegem, rnachi uayecgjua packabaya..guern:
kazet-aduangarnuegnit,pacurn:
guangrnayi-acg packadabanajarn.
Amén.


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